Turmstadt, ciudad de la torre, en la provincia de Ostland, durante mucho tiempo fue una simple torre defensiva al norte del Imperio. Poco a poco, casas y negocios fueron asentándose a sus pies hasta conformar una pequeña ciudad. No era una ciudad grande, pero si lo suficiente para generar confianza a mercaderes para descansar durante sus viajes comerciales y hacer negocios con la gente de la ciudad.
En 2521,
durante los disturbios creados por la tormenta de magia, su iglesia fue
quemada hasta los cimientos. Este suceso hizo que la ciudad perdiera la
fe en Sigmar y fue decayendo y perdiendo su buen nombre. Los mercaderes y
negociantes fueron abandonando la ciudad en busca de mejores lugares
donde agrandar sus sacas.
Después de algunos años de decadencia,
varios caballeros de la ciudad crearon la Orden de la Luz Divina, para
devolver el honor, la gloria y la fe a los habitantes de Turmstadt. La
Orden prometió jurar lealtad al Emperador y defender el nombre de
Sigmar.
Tras varias batallas en las que participaron los caballeros
de la Luz Divina, el nombre de Turmstadt volvió a estar en boca de
todos: empezó a florecer de nuevo, viviendo un resurgir de la
fe entre sus aldeanos y nobles. La iglesia fue reconstruida en el
antiguo lugar en el que se encontraba la anterior iglesia mancillada.
La
recuperada fe en Sigmar también atrajo a muchos mercaderes a la ciudad,
haciendo que poco a poco la ciudad comenzara a prosperar y crecer, de
modo que fue expandiéndose. Este crecimiento hizo que se creara un
pequeño contingente militar para defender la ciudad de los ataques
esporádicos provenientes del norte y los orcos y goblins que deambulaban
por los alrededores. Este contingente fue creciendo hasta considerarse
un ejército en toda regla.
Incluso la orden de la magia puso sus ojos
en la antigua torre que da nombre a la ciudad. Un mago ocupó la
torre y la convirtió en su laboratorio y observatorio personal.
Esta torre se convirtió en imagen de la ciudad, siendo el símbolo principal en los estándares del ejército de Turmstadt.
La
gente del lugar es fuerte y orgullosa: han sufrido mucho durante
generaciones, pero han conseguido sobreponerse a los magos tiempos y
están orgullosos de pertenecer a Turmstadt.
Los ejércitos de la ciudad han tomado el color azul grisáceo como color de sus uniformes, siendo la torre la imagen de escudos, banderas y estandartes. Una patrulla de arqueros siempre vigila las murallas de la ciudad, y los hijos de los nobles siempre deseosos de unirse a una de las dos órdenes de caballería de la ciudad, quieren ganarse tal honor aprovechando su oportunidad como herreruelos.
Al ser una ciudad cerca de la frontera
con el mar siempre está preparada para un avance del caos o un ataque de
un jefe orco deseoso de causar destrozos. El ejército de Turmstadt
siempre está dispuesto a luchar por el emperador Karl Franz y envía tropas
de apoyo a todos las batallas en las que puede.
Los caballeros de la
Luz Divina son muy apreciados en la batalla por su gran valor y fe en
Sigmar, lo que hace que el resto de soldados del ejército siga en pie
defendiéndose hasta en los momentos más difíciles de la batalla. Son un
ejemplo para el resto de caballeros.
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